La disfunción eréctil (impotencia) es la incapacidad para lograr y mantener una erección lo suficientemente firme como para tener relaciones sexuales.
Tener problemas de erección de vez en cuando no es necesariamente un motivo para preocuparse. Sin embargo, si la disfunción eréctil es un problema recurrente, puede provocar estrés, afectar la confianza en uno mismo y contribuir a causar problemas en las relaciones. Los problemas para lograr o mantener una erección también pueden ser un signo de una afección médica subyacente que necesita tratamiento y un factor de riesgo de enfermedades cardíacas.
Reconozca su síntomas
Los síntomas de la disfunción eréctil pueden incluir los siguientes:
- Problemas para tener una erección
- Problemas para mantener la erección
- Disminución del deseo sexual
¿Cómo se diagnostica?
Para muchas personas, la exploración física y la respuesta a preguntas (antecedentes médicos) es todo lo que se necesita para que un médico diagnostique la disfunción eréctil y recomiende un tratamiento. Si tienes afecciones médicas crónicas o el médico sospecha alguna afección subyacente, es posible que tengas que someterte a pruebas adicionales o consultar a un especialista.
¿Cuál es su tratamiento?
Lo primero que hará el médico es asegurarse de que estés recibiendo el tratamiento adecuado para las afecciones médicas que podrían producir o empeorar tu disfunción eréctil.
Puedes tener varias opciones de tratamiento, según la causa y la gravedad de la disfunción eréctil y las afecciones médicas subyacentes. El médico puede explicarte los riesgos y beneficios de cada tratamiento, y tendrá en cuenta tus preferencias. Las preferencias de tu pareja también pueden influir en tu tratamiento.
Solicite una evaluación presencial, permitirá determinar el tratamiento adecuado para cada paciente, considerando todas las particularidades en su historial clínico.

